El perfeccionismo y la seguridad como pilares del lifting de pestañas
Rusia
Mi camino en el sector de la belleza comenzó hace 7 años, cuando descubrí el lifting de pestañas. En aquel momento, el tratamiento empezaba a ganar popularidad, y vi en él un enorme potencial: una combinación de estética, demanda y oportunidades para el profesional. El lifting ofrece libertad, tanto a nivel creativo como en la organización del propio trabajo, y eso fue lo que marcó la diferencia para mí.
Desde el inicio me marqué un objetivo claro: alcanzar un resultado perfecto. En el primer año realicé cinco formaciones especializadas y practiqué la técnica al detalle, puliendo cada aspecto. Gracias a esa base sólida, al cabo de un año ya estaba impartiendo formación. La demanda surgió de forma natural: mis trabajos despertaban interés, y otros profesionales querían aprender de mi experiencia. Hoy en día, enseño a mis alumnas no solo a repetir una técnica, sino a comprenderla en profundidad y aplicarla con seguridad y confianza.
Llevo más de cinco años ejerciendo como jueza en campeonatos de lifting de pestañas, y he participado en numerosos eventos internacionales. A la hora de evaluar, considero fundamental valorar no solo el resultado final, sino también la capacidad del profesional para analizar las particularidades de cada cliente y adaptar el tratamiento de forma inteligente.
Mi principal principio profesional es que el resultado debe ser no solo bonito, sino también seguro para la clienta. Mis criterios clave son la calidad, la durabilidad y la creación de una experiencia cómoda y profesional.
Creo firmemente que sin formación continua no es posible construir una carrera sólida en el sector de la belleza. El deseo de aprender, perfeccionar habilidades y buscar nuevos conocimientos es lo que convierte a una profesional en una verdadera experta.